La
conservación juega un papel preponderante en la composición de los sistemas
naturales, la importancia de los carnívoros radica en el efecto que tienen sobre
la abundancia y mejora del acervo genético de las especies que conforman su dieta, a su vez la abundancia de
estas especies tiene influencia sobre las plantas de las cuales dependen, por
lo tanto se puede inferir que los carnívoros tienen un efecto interdependiente
que puede afectar la biodiversidad de todo el ecosistema (INE, 2000).
La
prevención de la extinción del Canis
lupus baileyi ha requerido de un serio planteamiento, asignación y manejo
cuidadoso del aprovechamiento de los recursos naturales y económicos, con el
apoyo de una preservación in situ en áreas protegidas o potencialmente
protegidas, y una protección ex situ en zoológicos, en las zonas protegidas ha
sido posible preservar más especies y variedades silvestres que en los sistemas
de protección ex situ, en el caso del lobo, ambas forman parte integral de un
manejo racional, el cual incluye conocimientos relacionados con su
comportamiento, este manejo racional engloba la protección contra otras
amenazas además del deterioro y la destrucción del medio, el abuso de la explotación,
y los efectos producidos por las especies exóticas introducidas en el medio (Bernal,
1989).
En
2002, reporta para ese año un total de 801 individuos, de los cuales 371 son
machos, 306 hembras y 124 defunciones tanto en México como en los Estados Unidos.
Uno
de los principales problemas al que se enfrenta la liberación y conservación
del lobo, es el de hallar áreas o zonas adecuadas para las posibles liberaciones,
para esto, existen propuestas de ambos países. Estados Unidos por su parte ha
ya liberado animales en el \Blue Ranch", y el \Gila National Forests"
áreas naturales protegidas en la frontera entre Nuevo México y Arizona, en las
que a la fecha se han liberado varias manadas, la mayoría de los individuos
portan un collar que permite localizarlos en donde quiera que estén. Estas
reintroducciones han sido mas o menos exitosas, algunos ejemplares fueron muertos
por granjeros (uno atropellado) y algunos tuvieron que ser removidos por
comprobarse que estaban cerca del ganado domestico.
Por
su parte en México, Baker y Villa (1959), mencionan que esta subespecie estaría
bien protegida en las partes montañosas del Noreste de México, en el Estado de
Chihuahua, en las partes altas del estado de Nuevo León, San Luis Potosí, en la
Sierra de Durango y Zacatecas y en especial en la Sierra del Carmen en el
estado de Coahuila (Weber, 1994). Algunas de estas zonas están siendo
consideradas aún como posibles lugares para la reintroducción en México (INE,
2000).
Potenciales
áreas en México para la re-introducción del lobo mexicano
|